lunes, 2 de octubre de 2023

Leyenda del Castillo de Santa Bárbara (Alicante)




En esta nueva entrada, os contamos la leyenda de la cara del moro del Castillo Santa Bárbara. Hay varias historias que explican el perfil de la cara, por eso no coincida con la que tu sepas.

La leyenda se centra en época musulmana, en el castillo que se encuentra en la cumbre del monte Benacantil. Aquí vivía el gobernador árabe y su preciosa hija Zahara. Conforme iba creciendo la princesa su belleza era mayor y su padre deseaba encontrar un marido para ella, pero no iba a ser fácil ya que ella no quería casarse. A que el califa organizo una gran fiesta donde asistieron pretendientes para ella.

La fiesta fue todo un éxito, pero entre tanta gente se coló un chico cristiano que no estaba invitado y además era el hijo de su principal enemigo. La princesa y el chico se vieron durante la fiesta y se enamoraron aunque sabían  que su amor no tendría futuro, aun así siguieron viéndose a escondidas. 
Tanto fue su amor, que planearon escaparse juntos, pero no les dio tiempo y capturaron al joven chico y lo sentenciaron a morir.

La princesa Zahara, quedo enferma de amor y ni comía ni bebía. Su padre al verla así, piensa una solución para acabar con el sufrimiento de su hija. Le propuso que si al día siguiente Alicante amanecía teñida de blanco, le perdonaría la vida a la persona que amaba su hija y le daría permiso para que hiciera su vida con el. Pero si no fuera así, ella tendría que aceptar y casarse con alguno de los pretendientes árabes.

No le quedó otro remedio y aceptar la propuesta y confiar en que su padre cumpliera lo expuesto. Pues bien, ¿Qué sucedió al día siguiente? pues si, Alicante amaneció teñida de blanco, pero no por nieve, ya que no suele nevar nunca, sino por la floración de los almendros.

La princesa, al ver el paisaje, fue corriendo a las estancias de su padre, pero por el camino, en la parte mas alta de castillo, encontró un cuerpo colgando. Su padre no había cumplido la promesa y lo había ejecutado.

Ella, atormentada por la situación, decidió suicidarse tirándose desde los alto del monte Benacantil. Su padre al ver la situación, rezo a Alá implorando el mayor de los castigos. Alá decidió petrificarlo  y dejar su rostro en la ladera por la que se precipito su hija y dando ejemplo de que lo que se promete, hay que cumplirlo.

Por eso los alicantinos, llamamos a ese perfil de la montaña, "La Cara del Moro"










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Alcoy (Alicante)